BEIRUT (AP) — Dos ataques consecutivos en Beirut y Teherán, ambos atribuidos a Israel y dirigidos contra miembros destacados de Hezbollah y Hamás, han planteado un dilema para Hezbollah e Irán
Los analistas están de acuerdo en que los bombardeos fueron demasiado impactantes como para quedar sin respuesta, y suponían graves brechas de seguridad para Irán y Hezbollah. Calibrar esa respuesta para restaurar su capacidad de disuasión sin desencadenar una escalada aún más dañina podría ser el ejercicio de equilibrio más difícil en casi un año al borde de la guerra regional.
El inusual ataque del martes en un suburbio sureño de Beirut mató a un destacado comandante de Hezbollah que según dijo Israel era responsable del misil que se estrelló contra un campo de fútbol en la localidad de Majdal Shams, en la zona anexionada por Israel de los Altos del Golán, y mató a 12 niños y adolescentes. Hezbollah ha negado ser responsable del ataque.
Aunque el objetivo del ataque en Beirut era un mando militar, golpeó un vecindario urbano densamente poblado a las afueras de la capital donde Hezbollah tiene muchas de sus oficinas y mató al menos a cinco civiles —tres mujeres y dos niños— además de herir a docenas de personas más.
Menos de 12 horas después, el grupo armado palestino Hamás —un aliado de Hezbollah también respaldado por Irán — anunció que el jefe de su oficina política, Ismail Haniyeh, había sido asesinado en un ataque aéreo israelí en Teherán, donde asistía a la investidura del nuevo presidente de Irán.
Israel no ha reclamado ni rechazado la responsabilidad por ese ataque, ocurrido casi 10 meses después de que comenzara la brutal guerra en Gaza desencadenada por el letal ataque de Hamás a Israel del 7 de octubre. También coincide con otro impulso de los mediadores para cerrar un acuerdo de cese al fuego y canje de rehenes.
El asesinato de Haniyeh dejó al nuevo presidente de Irán, el político reformista y cirujano cardiaco Masoud Pezeshkian, ante una gran crisis apenas unas horas después de asumir el cargo. La decisión de cómo responder recae en el consejo iraní de seguridad nacional, que lidera el presidente, aunque en la práctica el líder supremo del país, el ayatolá Alí Jamenei, tiene la última palabra.
Los analistas dicen que tanto Hezbollah como Irán se verán instados a tomar represalias, pero sus cálculos son diferentes.
Mohanad Hage Ali, experto del Centro Carnegie de Oriente Medio y que investiga a Hezbollah, dijo que si bien Israel también atacó suburbios sureños de Beirut en un ataque de enero que mató al mando de Hamás Saleh Arouri, el ataque del martes iba dirigido contra un importante comandante de la milicia libanesa y mató a varios civiles.
“Esta vez estamos demasiado metidos en la guerra y el objetivo es un comandante de Hezbollah. Hezbollah tiene que responder, y si no lo hacen, esta sería una nueva norma: matar civiles en el lado israelí conllevaría ataques” en suburbios de Beirut, dijo. “Hezbollah no puede permitirse eso”.
La milicia empezó a lanzar cohetes sobre la frontera entre Líbano e Israel al día siguiente de que comenzara la guerra en Gaza, en lo que describió como un “frente de apoyo” a Hamás. Aunque los enfrentamientos casi diarios han dejado muertos y desplazado a decenas de miles de personas tanto en Líbano como en Israel, en su mayoría se han limitado a la región fronteriza.
Para reestablecer su capacidad de disuasión tras el ataque del martes, dijo Ali, “Hezbollah tendría que responder más allá del alcance geográfico limitado que tienen sus operaciones. Tienen que golpear más profundamente en territorios israelíes, y esto viene con grandes riesgos”.
Andreas Krieg, analista militar y experto en estudios de seguridad en el King’s College London, se mostró de acuerdo en que Hezbollah sentirá la necesidad de tomar una represalia significativa.
“Creo que Hezbollah se ha visto golpeada mucho más fuerte, mucho más donde duele” que Irán, dijo. “En la confrontación Israel-Hezbollah, esta es una gran escalada en la que Hezbollah tiene que responder adecuadamente de una forma más o menos oportuna” para restablecer su capacidad de disuasión.
Sin embargo, es probable que el grupo armado ataque un objetivo militar significativo, como una base de la fuerza aérea cerca de Haifa que aparecía en un video de dron espía publicado por el grupo en julio, en lugar de un objetivo civil, señaló, y probablemente intentará calibrar el ataque para causar sólo daños materiales que limiten una escalada mayor.
Nabih Awada, analista político y militar libanés cercano al “eje de resistencia” con apoyo iraní y excombatiente del Partido Comunista Libanés, que pasó una década en prisiones israelíes junto con algunos de los actuales líderes de Hamás, dijo que Hezbollah veía el ataque en Beirut como una “violación de todas las reglas de combate” porque había golpeado una zona residencial civil y porque el comandante Fouad Shukur de Hezbollah había sido atacado “en su casa en lugar de un cuartel militar”.
Hezbollah, señaló, “ha hecho muchos cálculos”, como que la respuesta a un ataque en suburbios en el sur de Beirut se haría en Haifa.
Para Irán, la situación es más complicada.
En algunos aspectos, este momento recuerda al momento en abril cuando Israel y Irán se arriesgaban a una guerra abierta después del bombardeo israelí contra un edificio consular iraní en Damasco, que mató a dos generales iraníes. Teherán respondió con un ataque directo sin precedentes a Israel. En ese momento, los esfuerzos diplomáticos lograron contener la escalada.
Pero hay algunas diferencias importantes. El asesinato de Haniyeh ocurrió en suelo iraní, un bochorno para Teherán que deja claro que Israel puede golpear objetivos allí con facilidad.
Aunque algunos analistas creen que el revés se verá mitigado por el hecho de que el blanco no era iraní, las autoridades locales han prometido una dura respuesta.
Krieg dijo que si bien la muerte de Haniyeh había sido “perjudicial para la reputación” de Irán y “humillante” porque mostró que Teherán no podía proteger a visitantes de alto nivel, “Haniyeh no es una pieza integral del eje de resistencia”.
“Su muerte no tiene implicaciones estratégicas para Irán salvo que es un bofetón en la cara porque eres el anfitrión y tu huésped fue asesinado durante tu guardia”, dijo.
Por tanto, Krieg dijo creer que Irán podría optar por moderar su respuesta.
Nomi Bar-Yaacov, experta asociada al Programa Internacional de Seguridad de Chatham House, dijo que Irán podría recurrir a sus aliados para las represalias.
“Tienen su gente, entrenando, armándose, planeando en todas partes, y pueden llegar a cualquier lugar del mundo”, dijo. “También pueden golpear objetivos israelíes o judíos a nivel global”.
Trita Parsi, vicepresidente ejecutivo del Quincy Institute for Responsible Statcraft, dijo que esperaba que la respuesta de Irán fuera otro ataque directo a Israel.
El ataque a Haniyeh “no fue solo contra territorio iraní, fue en Teherán”, dijo. “Fue en la investidura. No importa quién fuera el blanco” y si el objetivo era iraní o no.
Es probable que los iraníes sientan que “si las manifestaciones de fuerza de abril lograron restaurar la disuasión en el corto plazo, esa disuasión se ha desvanecido”, y que “van a tener que hacer mucho más de lo que hicieron en abril para poder restaurar el equilibrio de poder”.
El intercambio en abril no siguió escalando debido a la intervención diplomática de Estados Unidos y otros, y el ataque iraní parecía cuidadosamente coreografiado para causar daños mínimos.
Aun así, Parsi dijo que también hubo “mucha suerte” para mantener la escalada controlada.
“Es un punto de inflexión en este conflicto. Creo que no hemos estado en un momento tan difícil en este conflicto, dado lo que vimos en abril que es capaz Irán”, Bar-Yaacov.
Si la respuesta al ataque no provoca bajas israelíes, aún podría evitarse una guerra más grande, dijo Ali.
Sin embargo, añadió, “estamos en un terreno de demasiados ‘si’ para evitar una guerra, y esto no pinta bien”.