CARACAS (AP) — La principal coalición opositora anunció el miércoles que logró acreditar a la totalidad de sus testigos de mesas, con lo que superó una más de las trabas que generó tensiones a escasos días de los comicios presidenciales.
El candidato presidencial opositor, Edmundo González, anunció el miércoles que todos los testigos de la coalición de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD) finalmente lograron acreditarse. Esto, tras recurrentes denuncias de la oposición de que los sistemas del organismo electoral no estaban permitiendo el registro de sus representantes que estarán en las mesas de votación el 28 de julio.
Sin ofrecer detalles sobre cómo lograron superar las trabas que impedían las acreditaciones, González indicó en su cuenta de la red social X, antes Twitter, que los testigos opositores estarán el domingo en las 30.026 mesas electorales de todo el país. La oposición ha previsto la participación de más de 90.000 testigos.
En marzo, se eligió a González, un exdiplomático de 74 años, abanderado de la coalición tras la inhabilitación de la Contraloría General por quince años para ocupar cargos públicos a la líder opositora María Corina Machado.
En Venezuela la inhabilitación política es una pena accesoria que aplica cuando existe una sentencia judicial firme por un hecho punible cuando se determina que una persona incurrió en abuso de poder, entre otros casos previstos en las leyes locales. Pero esos preceptos legales no se cumplieron en el caso de Machado.
Durante una visita a la ciudad occidental de Maracaibo, Machado se quejó la víspera de las dificultades que estaban enfrentando los testigos de la coalición para acreditarse, e indicó que la situación fue denunciada ante los observadores internacionales.
Las autoridades electorales invitaron a Venezuela como observadores a delegados del Centro Carter, con sede en Atlanta, de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), de la Comunidad del Caribe (CARICOM) y a expertos de las Naciones Unidas.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció esta semana que también enviará un alto diplomático a la vecina Venezuela para que funja como observador de los comicios.
Por su parte, el exmandatario argentino Alberto Fernández informó el miércoles que recibió una “desinvitación” de Venezuela para no participar como observador en las elecciones del domingo.
“En el día de ayer, el gobierno nacional venezolano me transmitió su voluntad de que no viajara y desistiera de cumplir con la tarea que me había sido encomendada por el Consejo Nacional Electoral”, dijo Fernández en su cuenta de X, antes Twitter.
El expresidente precisó que las autoridades venezolanas justificaron la decisión por unas declaraciones públicas que ofreció a un medio nacional que “causaban molestias y generaban dudas sobre mi imparcialidad”. “Entendieron que la coincidencia con lo que había expresado un día antes el presidente de Brasil Luiz Inacio Lula da Silva, generaba una suerte de desestabilización del proceso electoral”, dijo Fernández.
El exmandatario argentino expresó que no comprendía el malestar del gobierno venezolano y recordó que solo mencionó que “en una democracia, cuando el pueblo emite el sufragio, el que gana, gana y el que pierde, pierde, y sin el oficialismo fuera eventualmente derrotado debía aceptar el veredicto popular”.
Lula admitió a inicios de semana que estaba “asustado” por los recientes comentarios que realizó su par venezolano Nicolás Maduro en un mitin donde afirmó que podría darse un “baño de sangre” si pierde los comicios y no logra la reelección.
“Si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida… garanticemos la más grande victoria de la historia”, dijo el presidente brasileño al referirse a las afirmaciones de Maduro, e indicó que le había manifestado que la “única posibilidad de que Venezuela vuelva a la normalidad es que haya un proceso electoral ampliamente respetado”.