Por: Robert Téllez M.
Especial Para K E R L Radio 94.3 FM
En las últimas horas ha trascendido la noticia del fallecimiento de Julio Castro López, destacado compositor y percusionista, creador de la legendaria orquesta La Masacre.
Nacido el 30 de abril de 1948 en Santurce, el músico que creció en Bayamón, desde temprana edad mostró un profundo interés por el sonido de la trompeta, pero al cumplir 14 años, su enfoque cambió a la percusión, inspirado por grandes figuras como Mongo Santamaría, Tommy López y Julio Collazo.
La carrera de Julio Castro despegó al formar parte de la orquesta del pianista Fernando Ojeda, para luego unirse a la de Don Mario Ortiz y al emblemático Combo de Rafael Cortijo cuando tenía apenas 17 años. Con Cortijo, participó en grabaciones de discos icónicos como Sorongo. ¿Qué es lo que el blanco tiene de negro? (1968), ¡Ahí Na Má! / Ponlo ahí (1969) y Pa' los caseríos (1970). Sin embargo, su primera incursión en los estudios de grabación se dio con Los Magníficos de Frank Ferrer, un capítulo que marcó el inicio de su trayectoria profesional. Más adelante, Castro se unió a la Orquesta de Babó Jiménez, hasta que, en 1972, Roberto Berríos lo convocó para ser parte de Roberto y su Nuevo Montuno, grupo con el que grabó el álbum Aquí está.
Durante ese periodo, Castro decidió formar su primera agrupación, La Única, con la cual realizó dos producciones bajo el sello West Side. Estas grabaciones se destacaron por los arreglos de su colaborador preferido, Jorge Millet, y la participación de Junior Córdova como cantante principal.
Paralelamente, gracias a una beca que le permitió establecerse temporalmente en La Gran Manzana, Castro cursó estudios en La Universidad de Nueva York y trabajó con las orquestas de Tito Puente, Eddie Palmieri y Héctor Lavoe.
Julio Castro logró consolidar su posición como percusionista, participando en producciones como Se la comió (1969) de Bobby Valentín, Este negro sí es sabroso (1976) de Pete “El Conde” Rodríguez, Tributo a Chano Pozo (1977) de José Mangual Jr., y La Primerísima de la Orquesta de Tommy Olivencia (1978).
La riqueza de esas experiencias acumuladas derivó en la fundación de la orquesta La Masacre, una agrupación que se distinguió por la innovación. El nombre de la orquesta fue inspirado por la Masacre de Ponce, un trágico episodio en la historia de Puerto Rico ocurrido el 21 de marzo de 1937, cuando la policía abrió fuego contra una manifestación pacífica organizada en conmemoración de la abolición de la esclavitud en la isla.
En 1979 salió al mercado el primer álbum de Julio Castro como líder de orquesta. Bajo el título Nueva Generación presenta Julio Castro & Orquesta La Masacre, la producción dio a conocer como cantante a Tito Nieves y lo catapultó al reconocimiento. Gracias al éxito de este disco, la compañía Fania Records le ofreció a Julio Castro un contrato, que le permitió publicar dos álbumes más bajo ese mismo concepto: Mamey (1980), con la voz de Enrique "Kiko" Rosendo, y Julio Castro y La Masacre (1984), con Néstor Sánchez como vocalista.
Desde el principio, la orquesta La Masacre representó una propuesta musical revolucionaria, consolidándose firmemente en la escena musical gracias a su innovador enfoque sonoro. Bajo el formato de un robusto conjunto o sonora ampliada, la agrupación logró crear un repertorio marcado por la creatividad de arreglistas como Erick Figueroa, Louis García, Miguel Flóres y Ray Santos, entre otros. Temas como Jóvenes y mayores, El pregonero, Las amistades, Rumba sin Invitados, Tambores de Guerra, Son de los Mameyes y Colonizaciones, se destacaron no solo por su complejidad musical, sino también por la carga de significado social que llevaron consigo.
En su faceta como compositor, Julio Castro logró que su talento fuera reconocido por grandes intérpretes. El primero en grabar sus composiciones fue Marvin Santiago, quien presentó El mangoneo y Cuando ya no te acuerdes (1979). Posteriormente, Rafael de Jesús interpretó Abusé (1981), mientras que Vitín Avilés también hizo suyas las composiciones de Julio Castro al grabar La canasta, La inundación y Es tarde ya (1984). Posteriormente la orquesta de Bobby Valentín popularizó Por más que te escondas (1985). Por su parte, El Gran Combo de Puerto Rico incorporó a su repertorio dos composiciones de Castro: Me liberé (2001) y Yo no mendigo amor; ambas interpretadas por Jerry Rivas.
En los últimos años, Julio Castro, fiel al sonido de La Masacre, produjo los sencillos Válvula de Escape, una composición en la que él mismo asume la interpretación, y Cara vemos, en la que su hija, Samsarah Castro, es la voz principal.