Un arma termobárica, conocida también como bomba de vacío o bomba aéreas de vacío de potencia aumentada, funciona usando oxígeno del aire circundante para generar una explosión de alta temperatura, haciéndola mucho más letal que un arma convencionaEn febrero 28 del 2022, el embajador ucraniano en Estados Unidos confirmó que Rusia había utilizado una “bomba de vacío”, causando la muerte de 70 soldados, como parte de su invasión ilegal de Ucrania. Dos días antes, la cadena CNN reportó la movilización de lanzacohetes rusos TOS-1, los cuales pueden lanzar hasta 30 cohetes armados con ojivas termobáricas, en el este de Ucrania. Las armas termobáricas se han descrito como la mayor bomba no nuclear que existe, pero conllevan un enorme aumento del poder destructivo, aproximándose al nivel de un arma de destrucción masiva.

Los efectos de las bombas termobáricas se potencian en espacios cerrados, lo cual las hace muy eficaces en edificios. Las dificultades no anticipadas que ha tenido Rusia hasta ahora en la guerra urbana podrían explicar su presunto uso. La Corte Penal Internacional (ICC, por sus siglas en inglés) ha decidido abrir una investigación sobre posibles crímenes de guerra en Ucrania, lo cual podría incluir el uso de armas termobáricas.

El presidente ruso, Vladimir Putin, parece estar llegando a los límites de la guerra convencional con la intención de doblegar la voluntad del pueblo ucraniano.

Sin embargo, Rusia, aún considera la utilización de dicha bomba con el fin de acabar con el conflicto de Ucrania y así poder mostrar que todavía sigue siendo uno de los países de gran poderío en armamento de destrucción masiva.

Entre los países que actualmente poseen dichas armas están Estados Unidos, Rusia y Brasil.

Las bombas termobáricas se han utilizado en numerosas guerras, como Kosovo, Afganistán, Irak, Líbano, Sudán, y Sierra Leona.

Las explosiones termobáricas pueden causar asfixia, sofocación, envenenamiento, quemaduras, y reacciones químicas en el cuerpo humano.