NACIONES UNIDAS (AP) — Rusia y China acusaron el miércoles a Estados Unidos y Gran Bretaña de atacar ilegalmente emplazamientos militares utilizados por los rebeldes hutíes de Yemen para lanzar misiles contra buques comerciales en el Mar Rojo, lo que ha alterado la navegación mundial.
El embajador adjunto de Estados Unidos ante Naciones Unidas, Robert Wood, y la embajadora británica, Barbara Woodward, alegaron que los ataques hutíes son ilegales y que su “acción proporcionada y legal” contra los rebeldes yemeníes es en defensa propia.
Según Woodward, los ataques hutíes están “elevando los costos del transporte marítimo mundial, incluyendo los de los alimentos y la ayuda humanitaria en la región”.
Pero el embajador adjunto de Rusia, Dmitry Polyansky, y el representante de China, Zhang Jun, sostuvieron que el Consejo de Seguridad de la ONU nunca autorizó una acción militar contra Yemen.
El enfrentamiento se produjo durante una reunión del Consejo en la que el enviado especial de la entidad para Yemen, Hans Grundberg, indicó que los prometedores esfuerzos para restablecer la paz en Yemen se han visto ralentizados por el incremento de las tensiones regionales debido a la guerra en Gaza y “especialmente a la escalada militar en el Mar Rojo”.
Desde noviembre, los hutíes han atacado embarcaciones en el Mar Rojo para exigir un alto el fuego en la ofensiva israelí contra Hamás en Gaza. Normalmente atacan buques con un vínculo frágil o no muy claro con Israel, amenazando la navegación en un ruta clave para el comercio entre Asia, Oriente Medio y Europa.
En las últimas semanas, Estados Unidos y Reino Unido, respaldados por otros aliados, lanzaron ataques aéreos contra los arsenales de misiles hutíes y los puntos desde los que lanzan sus ataques.
Wood, el enviado de Washington, dijo que el operativo de la Casa Blanca responde a los ataques contra buques estadounidenses y “busca interrumpir y degradar la capacidad de los hutíes para continuar con sus temerarios ataques contra los buques y la navegación comercial en el Mar Rojo, en el estrecho de Bab al-Mandeb y en el golfo de Adén”.
Desde 2014, añadió, Irán ha proporcionado “un creciente arsenal de armas avanzadas” a los hutíes, que se ha empleado para atacar a mercantes, e “Irán no puede negar su papel en permitir y respaldar los ataques perpetrados por los hutíes”.
Wood acusó a los rebeldes yemeníes de “intentar estrangular el transporte marítimo internacional a través del Mar Rojo” e instó a todos los países, especialmente a aquellos con canales directos con Teherán, “a presionar a los líderes iraníes para controlar a los hutíes y frenar estos ataques ilegales”.
El embajador ruso, Polyansky, destacó que Moscú “condena categóricamente los ataques e incautaciones de buques comerciales y (...) cualquier ataque que impida la libertad de navegación”, y apuntó que el Kremlin ha enviado mensajes a los líderes hutíes para que se centren en la agenda interna de Yemen y busquen la paz.
Por su parte, el enviado de la ONU, Grundberg, apuntó que a finales de diciembre, los hutíes — que controlan la capital, Saná, y gran parte del norte del país — y el gobierno yemení reconocido por la comunidad internacional “se comprometieron a un alto el fuego en el todo el territorio, a medidas para mejorar las condiciones de vida y a reiniciar un proceso político intrayemení”.
Pero el proceso de paz no puede aislarse de los acontecimientos en la región, añadió, y los ataques estadounidenses y británicos sobre objetivos hutíes, y la catalogación de los rebeldes por parte de Washington como un “grupo terrorista especialmente designado” son “preocupantes”.
“A pesar de las posibles complicaciones, mi trabajo continuará pase lo que pase”, dijo. “Por lo tanto, es imperativo que protejamos el espacio político, que los canales de comunicación se mantengan abiertos y que todos los actores sigan comprometidos de forma activa con mis esfuerzos”.
Polyansky apuntó que la causa de base de la situación actual es la campaña militar israelí en Gaza luego de la sorpresiva incursión del grupo insurgente Hamás en el sur de Israel el 7 de octubre, que ha provocado una reacción en cadena en Oriente Medio, incluyendo por parte de los hutíes.
“Un alto el fuego inmediato en Gaza ayudará a estabilizar la situación en el Mar Rojo, y la desescalada en esas aguas desbloqueará a su vez los esfuerzos del enviado especial”, afirmó el embajador ruso.
La guerra civil de Yemen comenzó en 2014 cuando los hutíes lanzaron una exitosa campaña desde su bastión en el norte y expulsaron al gobierno de Saná. Una coalición liderada por Arabia Saudí intervino al año siguiente en nombre del ejecutivo respaldado internacionalmente y el conflicto se convirtió en una guerra a terceros entre Riad y Teherán.
El conflicto ha devastado Yemen, que ya era la nación más pobre del mundo árabe, y creó uno de los peores desastres humanitarios del mundo.