CARACAS (AP) — Los delegados del gobierno colombiano y la guerrilla Ejército de Liberación Nacional cerraron el lunes un ciclo de las conversaciones de paz en el que acordaron aliviar la situación humanitaria en varias de las zonas más azotadas por el conflicto armado en Colombia.
El cuarto ciclo de diálogos, iniciado el 14 de agosto, se focalizó además en temas como la participación de la sociedad civil en las conversaciones de paz y el cese bilateral del fuego, acordado en el pasado encuentro de las delegaciones en La Habana y que comenzó a regir el 3 agosto y se extenderá al menos hasta el 29 de enero de 2024.
En un comunicado conjunto las delegaciones resaltaron que se pactó un marco político y conceptual que apunta a que el alto el fuego cumpla con su propósito humanitario. En ese sentido, se declararon “zonas críticas”, las comunidades del municipio Medio San Juan en el departamento del Chocó, el territorio de Bajo Calima del departamento de Valle del Cauca; además de la región de Bajo Cauca antioqueño, al nordeste del departamento de Antioquía, y el sur del departamento de Bolívar.
En esas zonas “se adelantarán acciones y dinámicas humanitarias, garantías para el cumplimiento del cese al fuego bilateral, nacional y temporal, la participación de las comunidades en el proceso de paz y proyectos de desarrollo social”, medidas que serán apoyadas por el Departamento Nacional de Planeación, se informó.
El gobierno y el ELN -la última guerrilla activa en Colombia- reanudaron los diálogos de paz en noviembre de 2022 luego de más de tres años de suspensión.
Israel Ramírez Pineda, el segundo comandante del ELN y conocido con el alias de Pablo Beltrán, manifestó, sin embargo, que desafortunadamente en el primer mes de vigencia del cese al fuego el ELN ha sido blanco de ataques intensos. Beltrán cuestionó a los “grandes medios de comunicación” que buscarían “colocar obstáculos a este proceso” y denunció que “ha habido ataques muy inclementes a comunidades que tratan de desarrollar una veeduría social de este cese al fuego”.
El ELN considera que tanto los ataques mediáticos como los militares “obedecen a sectores que están contentos con la crisis estructural que vive el país y no quieren que haya cambios”.
Beltrán exhortó a los colombianos a seguir acompañando el proceso de paz.
Otty Patiño, jefe del equipo negociador del gobierno colombiano, dijo que los delegados avanzaron en el propósito común de poner en el centro del diálogo “la vida y los derechos de las personas” que sufren el impacto del conflicto. Patiño es cofundador de la extinta guerrilla M-19, donde en su juventud militó el actual mandatario colombiano Gustavo Petro.
La meta es diseñar y poner en marcha un conjunto de medidas y procedimientos que “además de llevar un alivio momentáneo, busquen la instauración perdurable de derechos y la igualdad real que respete y potencie las diferencias que nos enriquecen” como colombianos, añadió Patiño.
Según cifras de las autoridades colombianas, actualmente el ELN cuenta con alrededor de 5.000 integrantes y actúa en varios departamentos del país, especialmente en los fronterizos con Venezuela.