Historia de Leire Ventas;
Corresponsal de BBC News Mundo en Los Ángeles
Esta es la historia de algo que tuvo que haber ocurrido hace 42 años. O, más bien, de lo que nunca debió pasar.
El pasado 22 de agosto Jimmy Lippert-Thyden, un abogado penalista de Ashburn, Virginia (Estados Unidos), se fundió en un abrazo con María Angélica González, su madre biológica, en Valdivia, una ciudad de la zona sur de Chile.
Aunque son mamá e hijo, era la primera vez que se veían en persona, que se tocaban, que se decían “te amo”.
Y es que cuatro décadas antes, en octubre de 1980, cuando González dio a luz a su bebé en el Hospital del Salvador de Santiago, la capital chilena, le dijeron que, como era prematuro, debía quedarse en la incubadora.
Al volver a buscarlo, le contaron que murió, y cuando pidió que le dejaran ver el cuerpo, le respondieron que se habían “deshecho de él”.
Pero en realidad, había sido dado en adopción a una pareja estadounidense, John y Fred Lippert-Thyne. Fue un “niño robado”, como tantos otros durante el régimen del general Augusto Pinochet (1973-1990).
La pista
“Yo siempre supe que era adoptado. Mis padres no me lo ocultaron y crecí en un hogar transparente y lleno de amor”, le cuenta Lippert-Thyne a BBC Mundo por Zoom desde Chile la víspera de volar de regreso a Estados Unidos.
“Lo que no sabía, ni tampoco mis padres adoptivos, es que fue una adopción falsa, falsificada”, prosigue. “Creía que mi mamá me había dado porque quería que tuviera más oportunidades, una vida mejor. Por eso pensaba que era una historia con final feliz”.
Las distintas versiones en los papeles de adopción generaron las primeras dudas. (Foto de BBC Mundo)
Aunque reconoce que había algo que no terminaba de encajar.
En un momento dado, su madre adoptiva -a quien sigue llamando mom, mientras a su madre biológica se refiere como “mamá”- le había enseñado los papeles de la adopción.
“Y allí había tres versiones: una decía que ella no había comparecido en el hospital, otra que me había entregado voluntariamente a dos años de dar a luz, y la tercera, que había fallecido durante el parto”.
Con la duda ya instalada siguió con su vida, pensando que para resolverla tendría que ahorrar e ir él mismo a su país de origen, hasta que en abril de este año leyó en la prensa el caso de un estadounidense que había sido ilegalmente adoptado en Chile.
“Entendí que esa era la única verdad que podría explicar las mentiras”, recuerda. “Y también descubrí que había una organización que me podía ayudar con las indagaciones en terreno”.
La búsqueda
Lo siguiente fue ponerse en contacto con esa fundación, Nos Buscamos, que en los últimos años ha coordinado más de 450 reuniones entre quienes fueron víctimas de un esquema similar y sus familias biológicas chilenas.
Aunque se calcula que fueron decenas de miles los bebés arrebatados a sus padres en las décadas de 1970 y 1980.
Fue parte de las muchas violaciones a los derechos humanos que tuvieron lugar durante los 17 años del régimen del general Augusto Pinochet, quien el 11 de septiembre de 1973 encabezó un golpe de Estado para derrocar el gobierno democrático de Salvador Allende, del que apenas en unos días se cumplen 50 años.
“La violencia comenzó con la represión y la desaparición de la izquierda y de los opositores, y luego fue adquiriendo distintas formas”, le explicó Danny Monsálvez, profesor de Historia e investigador de la Universidad de Concepción, a BBC Mundo para otro reportaje sobre adopciones ilegales publicado en 2021.
En ese contexto, el robo de bebés fue “parte de una política”, afirmó entonces el historiador experto en el gobierno militar de Pinochet.
“No fueron casos aislados y en el proceso de adopciones hubo instituciones estatales vinculadas, como el Registro Civil", y los menores terminaron en países de toda Europa, o en Estados Unidos, como Lippert-Thyden.
El robo de bebés fue "parte de una política" durante el régimen del general Augusto Pinochet, quien el 11 de septiembre de 1973 encabezó un golpe de Estado del que ahora se cumplen 50 años. Foto de Archivo
"Se los arrebataron a familias pobres, a mujeres pobres que no lo supieron y no tenían cómo defenderse", le dice a BBC Mundo la fundadora y directora de Nos Encontramos, Constanza Del Río.
“Y en lo que respecta a Jimmy, la única pista que teníamos (para tratar de dar con sus parientes biológicos) era un nombre que aparecía en su documentación, María González, y no era muy alentador, porque es el de muchas mujeres en Chile”.
Así que, mientras conseguían las actas literales de nacimiento de Lippert-Thyden, este, siguiendo los protocolos de la organización, se sometió a un test de ADN.
Es que Nos Buscamos lleva dos años asociada con la plataforma de genealogía MyHeritage, que proporciona kits gratuitos para distribuirlos a adoptados chilenos y presuntas víctimas de trata de niños en el país.
La prueba casera confirmó que era 100% chileno y lo vinculó con una prima que también usa la plataforma, quien además resultó tener una familiar de nombre María Angélica González por parte de madre y los ayudó a hacer a ponerse en contacto.
“Mamá, soy yo, su bebé”
El primer acercamiento lo hizo Del Río. Después lo dejó en manos de Lippert-Thyden.
“Le mandé un primer mensaje de texto con una foto mía, diciéndole: ‘Mamá, soy yo, su bebé’”, cuenta. Después le adjuntó otras imágenes - “Son mi esposa, tus dos nietas”-, y le pidió que no tuviera prisa para contestar. “Tómese todo el tiempo que necesite”.
A aquello le siguieron horas y horas intercambiando mensajes -cuenta su hijo-, con ella confesándole que lloró noches enteras por él, aunque nunca le contó a nadie que lo había tenido.
A las pocas semanas llegó el momento de verse las caras por videoconferencia. Para entonces, una prueba de ADN hecha a González ya había reconfirmado el parentesco entre ambos.
“Había ido a casa de mi madre (mom) para saber qué tal se sentían, porque estaban siguiendo el proceso conmigo y era difícil para todos”, recuerda Lippert-Thyden, cuando le llegó aquella videollamada vía WhatsApp.
“Cuando nos vimos, no hubo dudas. Las presenté y fue un momento de tal gracia…”, relata. Te agradezco que lo hayas criado, cuidado, proveído y amado, cuenta que le dijo su madre biológica a la adoptiva, a lo que esta última respondió: “Gracias a ti por compartirlo con nosotros”.
BBC Mundo trató de hablar con ambas madres, pero la respuesta fue que aún no están preparadas.
Según Lippert-Thyden, sus padres adoptivos fueron también víctimas de esta red.
“Mis padres querían una familia, pero nunca la quisieron así”, le dijo a BBC Mundo. “No por medio de la extorsión, por medio del robo”.