POR: Cathrin Schaer
El agua subterránea, un recurso esencial almacenado bajo la superficie terrestre y accesible principalmente a través de pozos, es un ingrediente imperceptible pero vital, especialmente en la región de Oriente Medio. Al ser subterránea, no se ve tan afectada por los estragos de la sequía y el calor, convirtiéndose en la principal fuente de agua dulce de al menos 10 naciones árabes, según informó el año pasado la Comisión Económica y Social de las Naciones Unidas para Asia Occidental (CESPAO).
Pero a medida que el cambio climático afecta a las ya escasas precipitaciones que reciben estos países, y que los veranos cada vez más calurosos secan más ríos y lagos, las aguas subterráneas (también llamadas manto acuífero) cobran aún más importancia. Sin embargo, debido a su naturaleza subterránea, los cambios que experimenta no son tan evidentes a simple vista.
El subsuelo oculta corrientes invisibles
Mohammed Mahmoud, director del programa sobre clima y agua del Instituto de Oriente Medio, con sede en Washington, explicó a DW que la complejidad inherente de las capas de aguas subterráneas complica aún más la situación. Su disponibilidad depende del tipo de suelo o roca en los que estén almacenadas, de su profundidad, el flujo y la conexión con las aguas más cercanas, como ríos y lagos. También depende de si esas aguas se renuevan o no.
Por ejemplo, algunas aguas subterráneas de Oriente Medio se han acumulado bajo tierra durante miles de años. Son las llamadas "aguas subterráneas fósiles", difíciles de renovar. Como el petróleo del subsuelo, es un recurso de un solo uso, dicen los expertos.
Algunas de las aguas subterráneas sí se renuevan de manera periódica debido, por ejemplo, a la lluvia, explica Ramon Brentführer, gestor de proyectos en la asesoría de política de aguas subterráneas del Instituto Federal de Geociencias y Recursos Naturales de Alemania. Sin embargo, incluso cuando se trata de recursos de agua subterránea renovables, quien los utilice debe tener cuidado de mantener un equilibrio, evitando así la sobreexplotación.
Medir las aguas subterráneas
Organizaciones como la CESPAO advierten de que es posible que este equilibrio no se esté manteniendo en Oriente Medio. No obstante, determinar la gravedad de dicho desequilibrio y cómo abordarlo resulta sumamente complicado. Parte de esta complejidad radica en la dificultad de medir las aguas subterráneas meramente por su ubicación. Además, la medida en que cualquier país de la región mide sus aguas, ya sean superficiales o subterráneas, depende mucho de sus circunstancias.
Es posible medir las aguas subterráneas desde el espacio gracias a satélites como el Gravity Recovery and Climate Experiment (GRACE) de la NASA. "Sin embargo, GRACE no proporciona datos para la gestión local del agua", apunta Brentführer.
¿Cuándo se acabará el agua subterránea?
La pregunta clave es: si nadie tiene un conocimiento preciso sobre la cantidad real de agua subterránea disponible y, al mismo tiempo, la demanda continúa en aumento, ¿es plausible que Oriente Medio se quede sin este recurso vital?
La información reciente, captada por los satélites GRACE, parece demostrar que las aguas subterráneas de Oriente Medio se han agotado considerablemente en la última década. Según el informe CESPAO de la ONU, muchos acuíferos locales ya se están agotando a una velocidad que supera su capacidad de regeneración.
No obstante, pese a estas advertencias, la verdad es que nadie puede afirmar con certeza si Oriente Medio llegará a un punto sin retorno en cuanto a la disponibilidad de agua subterránea, ni cuándo podría ocurrir tal escenario. "El sistema de aguas subterráneas es sumamente complejo y se encuentra interconectado con otros sistemas naturales", explica Youssef Brouziyne, representante regional para Oriente Medio y el Norte de África en el Instituto Internacional de Gestión del Agua, una institución de investigación con sede en Sri Lanka. Esto abarca las fuentes de agua superficiales circundantes, como ríos o humedales, los ecosistemas relacionados, los patrones de lluvia y las zonas costeras, así como los desafíos de la salinidad y la contaminación.