El cierre del gobierno de EEUU ha terminado, pero programa Head Start enfrenta difícil recuperación
Algunos centros que no recibieron los pagos federales tuvieron que suspender temporalmente a su personal.
By KERL 94.3 FM
Published on 11/13/2025 18:12
Noticias de Estados Unidos

WASHINGTON (AP) — Financiamiento federal vital está en camino para los centros Head Start a los que el cierre del gobierno de Estados Unidos sumió en una crisis, pero podría pasar tiempo antes de que algunos niños que dependen de ese programa federal puedan regresar a preescolar.

Algunos centros que no recibieron los pagos federales tuvieron que suspender temporalmente a su personal. Otros tuvieron que cerrar por completo, lo que desestabilizó a miles de familias necesitadas en todo el país. Y los operadores temen que el procesamiento de los pagos atrasados pueda demorarse varias semanas más.

Incluso cuando las agencias reciban el dinero de las subvenciones largamente retrasadas, los centros tendrán que recontratar al personal y atraer de vuelta a las familias. Ambos —los empleados y las familias— podrían haberse tornado recelosos de la inestabilidad en el programa, que depende casi por completo de subvenciones federales.

“El daño ya está hecho de muchas maneras”, declaró Michelle Haimowitz, directora ejecutiva de la Asociación de Head Start en Massachusetts. “Sabemos que tomará tiempo volver a llenar los lugares”.

Aproximadamente 140 programas de Head Start que representan a 65.000 espacios no recibieron sus subvenciones anuales durante el cierre de 43 días, que concluyó el miércoles por la noche cuando el presidente Donald Trump promulgó un proyecto de ley para el financiamiento gubernamental.

Head Start atiende a niños de familias de bajos ingresos desde el nacimiento hasta los 5 años. El programa ofrece diversos servicios a las familias, tales como aprendizaje temprano, apoyo para niños con discapacidades, comidas gratuitas y exámenes de salud.

Debido a que el cierre ya concluyó, la Oficina de Head Start —de alcance federal— acelerará el financiamiento y contactará a los programas de Head Start afectados para informarles cuándo pueden esperar recibir el dinero de la federación, señaló Emily Hilliard, portavoz del Departamento de Salud y Servicios Humanos, que supervisa el programa.

Los operadores de Head Start anticipan que eso podría llevarse semanas.

Los trabajadores federales que regresan se han topado con “una montaña de trabajo” que tomará tiempo procesar, señaló Haimowitz. Eso no sólo incluye enviar las subvenciones perdidas, sino que otros trámites para diversos problemas técnicos han sido retrasados desde los despidos en la Oficina de Head Start previamente este año, señaló.

“Esos retrasos se han estado acumulando desde abril, sin que los servidores civiles existentes en la Oficina de Head Start tengan culpa alguna”, expresó Haimowitz. “Simplemente tienen la mitad de la capacidad que tenían hace sólo unos meses”.

Las familias se preparan para el peor escenario

Según la rapidez con la que los trabajadores federales puedan enviar los fondos, el atraso en las renovaciones de subvenciones podría extenderse y afectar a las agencias de Head Start que se supone deben recibir financiamiento en diciembre, indicaron los operadores. Algunas de las familias que asisten a esos centros ya están haciendo preparativos para ese peor escenario.

Gena Storer, quien trabaja como asistente de salud en el hogar en Xenia, Ohio, procura “ganar tanto dinero como pueda” en caso de que el centro de Head Start al que acude su hija cierre. El personal del centro les dijo a los padres horas antes de que el gobierno reabriera que aún prevén cerrar temporalmente el 1 de diciembre si el financiamiento se retrasa, comentó Storer.

Si el centro cierra, la hija de 4 años de Storer, Zarina, se quedará en casa hasta que reabra. Entonces Storer necesitará ajustar sus horas de trabajo para asegurarse de poder estar en casa con Zarina mientras que su prometido trabaja turnos de 12 horas en un centro de distribución de la cadena de tiendas Target.

La incertidumbre sobre los pagos del Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP, por sus siglas en inglés) también ha añadido estrés a la familia de Storer. Ella había estado trabajando horas extra durante el cierre para ayudar a mantener a su madre de 72 años, quien también recibe prestaciones del SNAP.

“Si mi mamá no nos tuviera para ayudarla, ¿qué haría?”, expresó la mujer de 31 años.

Para Storer, Head Start ha sido más que una opción confiable para el cuidado infantil. Zarina solía recibir terapia del habla para atenderla porque no hablaba. Pero desde que comenzó a acudir a Head Start en septiembre, Storer indicó que ha notado que su hija habla más y se ha vuelto extrovertida porque aprende al tener conversaciones con sus compañeros de clase.

Otros programas pagan de su bolsillo para mantener las puertas abiertas

Los programas que permanecieron abiertos sin una garantía de recibir un reembolso por parte del gobierno federal también podrían enfrentar más tensiones financieras. En la guardería en casa de Louis Russ en el condado Knox, Indiana, él y su esposa planean instalar una tienda de juguetes en su garaje para compensar el dinero que podrían perder al permanecer abiertos.

Russ y su esposa comenzaron a operar una guardería en su hogar en abril, y poco después se asociaron con East Coast Migrant Head Start Project, una organización sin fines de lucro que atiende a niños de trabajadores agrícolas migrantes en 10 estados. Seis de los ocho niños en la guardería en casa de Russ son financiados por Head Start.

El East Coast Migrant Head Start Project fue uno de los programas afectados por una interrupción en el financiamiento, lo que resultó en que más de 1.000 niños fueran excluidos de sus centros. Russ y su esposa también dejaron de recibir sus pagos de Head Start a finales de octubre, pero la decisión de mantener su hogar abierto fue “obvia”, señaló Russ. Para ellos era importante ofrecer a los niños un servicio constante durante una época impredecible, comentó.

“Permanecer abiertos y seguir recibiendo a los niños que tenemos, ésa fue la parte fácil”, expresó. “Averiguar cómo vamos a seguir abiertos si esto se prolonga demasiado, ésa es la parte complicada”.

Ha sido difícil operar el programa sin saber cuándo volverán a recibir financiamiento. Russ y su esposa ya se redujeron el salario, y tienen a otro empleado en la nómina. Aproximadamente tres cuartas partes de su presupuesto es para nómina, señaló Russ, pero otros gastos como comestibles y necesidades de mantenimiento pueden acumularse rápidamente si es que no hay ingresos.

“Nuestro programa, siendo tan nuevo, ya estábamos funcionando con lo mínimo”, observó Russ. “Y especialmente en el cuidado infantil, que no tiene un enorme margen de ganancia, hay muy poco margen de maniobra cuando suceden cosas como esta”.

Comments
Comment sent successfully!