POR: KIM TONG-HYUNG, MATTHEW LEE AND LOLITA C. BALDOR
SEÚL (AP) — El soldado estadounidense que cruzó a Corea del Norte hace dos meses ya está en custodia de Estados Unidos, informaron el miércoles dos funcionarios estadounidenses.
Corea del Norte había dicho horas antes que expulsaría al soldado Travis King, para sorpresa de algunos observadores que habían pronosticado que Pyongyang prolongaría su detención con la esperanza de obtener concesiones de Washington en una época de alta tensión entre los dos países.
Aunque la expulsión de King resuelve un episodio aún rodeado de misterio, casi con certeza no pone fin a sus problemas ni le asegura la clase de festejos que suelen acompañar la liberación de otros estadounidenses presos en el exterior. Su destino es incierto, ya que el gobierno lo ha declarado ausente sin permiso. Esto puede significarle una pena de prisión militar, confiscación de remuneraciones o una baja deshonrosa.
King fue entregado a las autoridades estadounidenses en China, dijo una de las fuentes. Ambas fuentes hablaron a condición de anonimato al anticiparse a un anuncio oficial.
No queda claro en qué condición está el soldado. Fue llevado al Brooke Army Medical Center en Fort Sam Houston en Texas, según otro funcionario estadounidense. Se prevé que llegará durante la noche. El funcionario habló a condición de anonimato al no estar autorizado para hablar públicamente del tema.
Poco antes, el gobierno norcoreano anunció que expulsaría a King. Ello sorprendió a muchos observadores, que vaticinaban que Corea del Norte demoraría su liberación lo más posible para conseguir concesiones de Washington en tiempos de altas tensiones.
La Agencia Central de Noticias norcoreana reportó que las autoridades ya han terminado de interrogar a King, pero no dijo cuándo o dónde el soldado sería expulsado.
King, que había revistado en Corea del Sur, cruzó a la carrera al norte mientras participaba de una visita civil a una aldea fronteriza el 18 de julio, siendo el primer estadounidense detenido en el Norte en casi cinco años.
Cuando cruzó la frontera, se suponía que King debía dirigirse a la base de Fort Bliss, Texas, tras purgar una pena por asalto en una cárcel surcoreana.
El miércoles, la agencia noticiosa oficial del Norte KCNA informó que las autoridades han finalizado el interrogatorio de King. Dijo que confesó que entró ilegalmente al Norte “debido al malestar que sentía por el trato inhumano y la discriminación racial” en el ejército estadounidense y estaba “desilusionado con la desigualdad en la sociedad estadounidense”.
Ha atribuido declaraciones similares a King con anterioridad, y es imposible verificar su autenticidad.
En una entrevista el mes pasado con Associated Press, la madre de King, Claudine Gates, dijo que su hijo tenía motivos para regresar.
“No concibo que quiera quedarse en Corea, teniendo familia en Estados Unidos. Tiene tantas razones para regresar”, dijo.
El vocero de la madre, Jonathan Franks, emitió un comunicado en que ella agradece a las autoridades.
“La señora Gates está eternamente agradecida al Ejército de Estados Unidos y demás dependencias del gobierno por un buen trabajo”, dice el comunicado. “Por el futuro previsible, la familia pide que se respete su privacidad y la señora Gates no estará dando entrevistas”.